Por desgracia, no todas las consecuencias de la revolución informática son positivas. La tendencia a la alienación y el aislamiento, a la evasión de la realidad y la relación adictiva con los gadgets electrónicos de acceso a la información se han también potenciado enormemente en las últimas décadas, y en algunos casos han incluso deteriorado nuestra postura corporal, como los teléfonos celulares.
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